El siglo XXI se inicia con una enorme carga de transformaciones científicas, tecnológicas, sociales, económicas y culturales cuyas repercusiones no son fáciles de predecir. La incertidumbre ante el futuro generado por estas situaciones y los cambios en las formas de pensar y de actuar que acarrean, generan nuevos rompimientos conceptuales y con ellos, nuevos paradigmas teóricos y operativos en todo el saber y el quehacer humano.
Las cambiantes condiciones de la sociedad actual, unidas a las exigencias que les son planteadas a los profesionales de nuestro país, (y del mundo en general) hacen necesario proponer en la educación modificaciones constantes que den respuesta a esos nuevos desafíos.
En los últimos años muchos países han puesto en marcha reformas a su sistema educativo, nuestro país es uno de ellos, con el claro objetivo de que los esfuerzos y los recursos que se destinan a la educación sean eficaces, respondan a los requerimientos del futuro y acerquen
para todos los beneficios que tradicionalmente se han asignado a una educación de calidad.
Los espacios arquitectónicos en los que se desarrollan los procesos educativos deben tener en cuenta la ubicación geográfica, el clima, los aspectos culturales, los materiales de la región, los cambios en los nuevas modalidades de aprendizaje, etc. .., y que aquellos afectan los sistemas de relaciones personales y colectivas y, por lo tanto, son instrumentos educativos de alto impacto. En resumen “los Espacios Educan”, con lo cual, pasan a revestir importancia en las reformas educativas.Ante lo mencionado, la formación del arquitecto no puede quedarse al margen de estos fenómenos. Es por ello que se presenta esta propuesta pedagógica con el objeto de que los alumnos que elijan cursar esta asignatura, adquieran conciencia y compromiso del significado e impacto de su intervención en edificios educativos, acordes a los procesos de enseñanza, pensando en la flexibilidad de los espacios, y teniendo en cuenta las transformaciones constantes de los procesos de aprendizaje.
En fin, los edificios y los espacios en los que se imparte la enseñanza son una clave fundamental para el desarrollo de la educación. Las instituciones educativas son espacios para habitar y para generar encuentros entre las personas y con el conocimiento.
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